Prácticas del Lenguaje – Secundario

Prácticas del Lenguaje – Secundario

“Los límites de mi lenguaje… son los límites de mi mundo”

Ludwing Wittgenstein. (1889-1951)

 

La enseñanza del área de Prácticas del Lenguaje supone un desafío apasionante. Implica el desarrollo de la lectura, escritura, oralidad y la reflexión sobre la lengua, en función de textos y temáticas propuestas por la cátedra. 

Del mismo modo, desde una perspectiva comunicativa, la enseñanza de la literatura permite formar lectores y escritores, hablantes y oyentes idóneos y críticos, capaces de poder cumplir sus objetivos comunicativos, de reflexionar acerca de los contextos en los que tiene lugar el origen de una obra literaria o cierto movimiento o corriente literaria, por lo tanto de concebir al texto como  producto de una determinada situación enmarcada en el tiempo.

Es por ello que en el diseño curricular de la provincia se plantea que la escuela debe formar ciudadanos como sujetos usuarios de las Prácticas Sociales del Lenguaje, entendidas como […] “las diferentes formas de relación social que se llevan a cabo por medio, en interacción y a partir del lenguaje. Lo que se enseñará es pues el dominio práctico del lenguaje en el marco de situaciones sociales reales” (Rosas y Ricardo 2008).

Siguiendo también los objetivos institucionales en los que delinean un perfil del estudiante socialmente responsable, libre, crítico y empático es fundamental que el/la estudiante adquiera conciencia del valor del lenguaje como práctica discursiva y como integración de las personas a la sociedad moderna, participativa y consciente de las problemáticas socioculturales que los afectan; proporcionando el desarrollo del pensamiento crítico reflexivo,la creatividad y el diálogo. Para alcanzar este propósito es fundamental potenciar la expresión, comunicación, ideas, opiniones, sentimientos, convicciones propias con claridad y eficacia. Además de estimular durante este trayecto una actitud para respetar, valorar las ideas y creencias distintas a las propias y a reconocer el diálogo como fuente permanente de superación de diferencias y aproximación a múltiples conocimientos. Para ello es importante un buen uso del lenguaje en sus cuatro dimensiones ya que así se determina el acceso a todas las áreas del saber, brindando una verdadera igualdad de oportunidad a todas las personas.